1. La Nada.
Empecé siendo un Cero a la izquierda. Triste pero cierto, y
las cosas hay que contarlas como son aunque no nos gusten.
Al principio era Nada, para ser más exactos era un poquito
de Nada, una cantidad minúscula, casi imperceptible de Nada, un cero de Nada.
No me malinterpretéis, aquello no era para nada aburrido, en realidad, no era Nada.
Como no había días, ni tiempo, en general, ni siquiera me daba cuenta de Nada.
Nada de interés sucedía, solamente un sin vivir de Nada.
La Nada,
al contrario que Todo, no se puede medir, y cuando es poquita no hay problema,
lo grave es cuando se amontona, entonces es cuando hay que tomar cartas en el
asunto. Si lo hubiese sabido otro gallo me hubiese cantado, pero, claro, Yo era
Todo un Inconsciente.
(Yo a los 0 años de edad) |
Un vacío, una unidad de Nada, ridícula si lo pienso ahora,
eso era Yo antes del Principio. Una nulidad solemne, una resta a la existencia,
lo que antecede al primer aliento, una vida inerte, una carrera de momentos
congelados en el tiempo antes de escucharse el pistoletazo de salida, un
silencio atronador, el vaso medio vacío, vacío del todo, y sin que exista
siquiera el vaso. Sexo asexuado, incontinencia verbal de palabras no
pronunciadas. Era menos que una mosca flotando en el éter, y ni siquiera me
planteaba Yo estas cosas pues no tenía noción siquiera de mi propia Inconsciencia,
tan poquito como era.
El caso es que mi Nada, de igual modo que era poca, se fue
haciendo cada vez más grande. Porque sí, porque me dio la gana. No se ni como
sucedió, ni cuando, ni porqué, pues al no existir el Tiempo, todavía, aquello
ocurrió Nunca. Un pedacito de Nada se juntó con un segundo pedazo, y luego con
un tercero, y cuando me quise dar cuenta había Nada por todas partes. Me llené
de mi propio vacío. Los huecos de la
Nada se llenaban con más Nada, y así seguían y seguían en una
danza inútil de ceros revoloteando sin Objeto ni Sujeto, sin vectores de
dirección, sin ejes de coordenadas, sin Dimensión, ni sustancia, ni Tiempo, ni
lugar, solamente Nada que nadaba entre más Nada.
Fue entonces, y digo entonces por decir Algo, que la Nada que era Yo se hizo Absoluta.
Un horror absoluti, en eso me había convertido. Odiaba, sin saber en realidad que
era odio, cada parte de mi Ser, por eso lo llenaba con Nada, y sin darme cuenta
llegue a acumular tanta Nada que al final lo único que conseguí fue ser Algo en
la Vida.
El primer Cero se repitió tantas veces que tras hacerse Infinito
acabó por darse la vuelta y volverse hacia sí mismo, un Uroboros de Nada, y
cuando me quise dar cuenta, ya no era un Cero sino un Uno.
Ese fue el Origen de mis dichas y mis desdichas, el resto es
Historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario