martes, 15 de mayo de 2012

LA CULPA DE TODO LA TIENEN LOS PADRES


Parece como si el mundo fuese a estallar de un momento a otro. Es una olla a presión y hace mucho que superó su punto de máxima ebullición. Dios nos coja confesados! ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿En que momento se permitió que las cosas degenerasen hasta tales extremos? ¿Quién es el culpable?
            Esa es la cuestión primordial. ¿Quién? No me interesan las causas, no me interesa la situación geopolítica. No me interesa que me cuenten películas, ni abrir ningún debate. No me interesa meditar sosegadamente y buscar soluciones positivas para resolver la gran cagada en que se ha convertido el mundo. Hoy estoy cabreado, solamente me interesa echar la culpa a alguien. De eso va este post, de cargar las tintas. Después me sentiré mejor y podré pensar con más claridad. Ahora toca catarsis.

Echar culpas. Llevo unos días de un humor un poco extraño, veo cosas que pasan a mi alrededor, y que me indignan, y me da rabia, y lloro de impotencia, y me arranco los pelos de cuajo. Como no me gustan las acampadas al raso, y la Plaza de Sol no está entre mis destinos predilectos de veraneo, como no tengo ni la fuerza ni la convicción necesarias para iniciar ningún movimiento y ni se me pasa por la cabeza sumarme a alguno de los que ya existen, he decidido desahogarme en este blog, que para eso lo tengo. Echar culpas. Vamos a ello.

El mundo está siendo maltratado. La tierra violada, ultrajada, horadada, sangrada por sus arterias, por sus bosques quemados y sus selvas taladas. Sus especies llevadas al borde de la extinción ¿Por quién?
            La polución urbana, el calentamiento global. ¿Quién está jodiendo el planeta? ¿Es qué ese tío es imbécil? ¿Acaso no se da cuenta de que tiene que vivir en él? ¿Es qué cree que no necesita oxígeno para vivir?
            La humanidad está arruinada. Es un cuerpo maltrecho. La sangre que lo nutre está reseca. No fluye el dinero. No cambia de manos. Hemos llegado a un punto en el que el mayor acto de patriotismo que podemos llevar a cabo es ir al cine el fin de semana y comprarnos un cubo de palomitas. Los países son cadáveres renqueantes, extenuados, vendidos al mejor postor. Los circuitos financieros no furrulan. Algo no va bien, los billetes no se mueven. El dinero no existe. Nos han estafado. Los bancos son carcasas vacías que acumulan polvo en sus cámaras acorazadas. ¿Quién ha dejado que esto ocurra? ¿A quién le pareció buena idea este sistema maligno? Banca, crédito, tipos de interés, consultoras, FMI, Banco Central Europeo ¿A qué clase de imbécil se le ha ocurrido montar todo este tenderete?
            ¿Por qué tenemos un sistema político dirigido por psicópatas? ¿Quién es el idiota que sigue votando a estas alturas? ¿Es que una mierda puede oler mejor que otra? Tenemos una democracia que no es representativa. Un gobierno que está en el poder con el apoyo de una minoría absoluta de descerebrados. Y todavía hay quien, cada cuatro años, sigue practicando el ritual inútil de meter un papel en una urna de cristal y encima se cree con derecho de afirmar gilipolleces del estilo “es que si no votas, luego no tienes derecho a quejarte”. Perdona, eres tú el que no tiene derecho a quejarse, pedazo de *#%&normal!, qué todavía sigues sustentando un sistema que está corrupto hasta las trancas. Y me refiero a un tipo de corrupción que está enquistada y que va más allá de los partidos políticos. ¿Quién vota? ¿Quién sigue alimentando a la alimaña?
            ¿Si tenemos un sistema que no funciona, por qué no lo mandamos al carajo de una puta vez? ¿Hay alguien, algún tipo de lerdo funcional, que va por ahí pensando que todo esto va a terminarse sin más un buen día, que solamente hay que esperar y que todo va a volver a la normalidad? Gente asustada que va contra el cambio, que desconocen su pasado y que piensan que el futuro consistirá en una sociedad igualita a la que tenemos ahora pero llena de gente con peinados raros y firulillos con lucecitas por todos lados.  Son inmobilistas. Les asusta el cambio. Son miopes, cobardes, viven en la autocomplacencia. Su mundo no funciona, pero como es el que es no se puede cambiar. Tienen la poca vergüenza de llamar a otras personas “antisistema”. Yo a eso digo no! Ellos son los antisistema. No proponen soluciones. No son racionales, ni objetivos. No admiten argumentos, solo insultan, denigran (como Yo ahora). Son los reyes de la falacia. Ad hominem contra ellos, que se lo han buscado! Son los que más gritan durante las discusiones, porque creen estar en posesión de la verdad en todo momento cuando soy Yo él único que realmente está en posesión de la verdad absoluta (que no os hagan dudar nunca de vosotros mismos, esa es la primera regla de cualquier debate). Son los que delegan su representación en otros, en lugar de guardársela para ellos mismos. Los que guardan sus ahorros en entidades financieras al borde de la bancarrota. Los que abren depósitos a plazo fijo o piden hipotecas sin techo, y encima eso hace que se sientan más seguros y confortados. Observándolos de lejos me doy cuenta de que tal vez podrían padecer algo de cretinismo e hidrocefalia, en caso contrario no soy capaz de encontrar la lógica en su comportamiento.
Son cuadrados. Se clasifican y codifican a sí mismos. Se ponen siglas. Se encajonan en ideologías y luego comienzan a tratar a los demás con sus propios parámetros. Son de izquierdas o de derechas, y todo aquel que no está en su lado de la raya no merece vivir. Se empotran en cubículos de nueve a dos y de cuatro a seis. ¿Quiénes son? ¿Cómo puede un animal tan estúpido tener tanto poder?

Son Ellos. Ellos han consentido que la mierda se acumule, que nos caiga en avalancha. Ellos nos putean, nos coartan, nos castran, nos degradan a trabajos serviles y humillantes, y encima se enfadan si les decimos que no los aceptamos. Tienen miedo, constantemente, a todas horas. Nos temen y les aterra lo que podemos llegar a hacer. Nos quieren tener atados, amaestrados y obedientes.

Son Ellos frente a Nosotros. Es así de jodido. Ha llegado la hora de definir bandos y ver quien está en cada uno. ¿Quiénes somos Nosotros?
            No me gusta pero voy a asumir el papel de víctima. Nosotros somos los perjudicados en todo este juego. Mi generación. La juventud alienada. Nacimos condenados. Toca quejarse, y que nadie se atreva a llevarme la contraria porque hoy estoy que muerdo! Es la rabia que me aflora. Mañana, a lo mejor.
            Yo no cree este sistema, ya estaba ahí cuando nací. Lo crearon Ellos, y los que estaban antes que Ellos. Yo solamente me lo tengo que comer con patatas aunque no lo quiera.
            Yo no provoqué la crisis, ni apoyo con mis votos, ni justifico a quien lo hace, ni tan siquiera consiento que otros justifiquen a quienes apoyan con sus votos a los que han provocado la crisis. No voy a tolerar un segundo más que se me incluya dentro de este circo. Estoy fuera. No juego. No tolero que los verdaderos antisistema; “los anti-Mí-sistema” abran sus bocazas para intentar callar la mía. Nunca más! Otro mundo es posible, pese a Ellos.
            Yo no arrojo basura a los mares, ni poluciono los cielos con mis malos humos, ni cazo elefantes, ni pego a mujeres, ni tengo a los trabajadores de mi empresa encogidos de hombros y puteados, desorientados, humillados, rebajados. No soy un “liberal” de pacotilla, ni un keynesiano hipócrita, progre de pose.

La generación a la que pertenezco no ha tenido ninguna oportunidad en nada. Hemos sido vendidos antes de haber nacido ¿y por qué? ¿por un televisor en color?, ¿por unas vacaciones en Santa Pola? Nuestro futuro ha sido hipotecado y también quieren hipotecar el de nuestros hijos. Somos la generación perdida. Nos prometieron un mañana esplendoroso. Nos vendieron una película de Disney cuando en realidad era de George A. Romero. Nos dijeron que callásemos, que acatásemos, que respetásemos las normas del juego como las habían respetado Ellos, los muy cobardes! Sé un buen chico, pórtate bien, estudia mucho, si lo haces así todo te irá bien, miel sobre hojuelas. Mentira! Somos la primera generación en mucho tiempo que vive peor que sus padres.

Estamos preparados. Estamos formados. Somos más ágiles, más hábiles, más inteligentes. Atesoramos más conocimientos y habilidades en nuestro haber. Tenemos un potencial infinito y cero oportunidades. Estamos condenados, relegados a los trabajos más bajos y peor cualificados, y encima tienen el morro de contarnos el cuento de que no existen trabajos infames. ¿Cuántos camareros con doctorado más? ¿cuántas bioquímicas cajeras del Día tiene que haber para que abramos los ojos? Tenemos los trabajos peor remunerados, muy por debajo de nuestras capacidades. Tenemos que aguantar y contemplar atónicos como Ellos, los auténticos incompetentes, los que son incapaces de ver más allá de sus narices y prever incluso el más simple y obvio movimiento en los mercados, hunden sus empresas y sus bancos, proponen soluciones de perogrullo, toman medidas gilipuertas y además nos las anuncian a bombo y platillo como la grandeza mayor del reino!

Ellos tienen la culpa. Son Ellos quienes están atrapados dentro de la rueda. Ellos construyeron la puta rueda! Tienen en su haber todos lo resortes del poder… y no los sueltan! No pasan la bola a los demás jugadores y, no sé vosotros, pero en mi barrio a los chupones no se les daba la pelota. Si en la gran pirámide del poder han conseguido copar todos los puestos directivos por arriba, y por debajo se han quedado con los mejores trabajos. Si pese a su ineptitud manifiesta continúan aferrados como aves de rapiña, desesperados, a los restos del cadáver moribundo, putrefacto, agitándolo, volteándolo, intentando terminar de exprimir los pocos jugos vitales que aún le quedan. Si aún con todo miran con odio a quienes estamos ya hartos de su mierda, a los que no queremos seguir en su juego. Si nos insultan. Si nos llaman vagos. Si tras todo lo dicho tienen la poca vergüenza de ponerse a sí mismos como ejemplo de lo que es moral y decente. Yo digo; qué les den mucho por culo!

Ellos son nuestros padres, nuestras madres, esos tíos repelentes que siempre aparecen por casa para juzgarte. Qué les den! No más castrad@s por el mundo, no más niñ@s rebeldes que juegan a la revolución. Estoy harto. Soy un adulto. Ellos son los críos.
Su miedo al cambio les hace peligrosos. Nos temen hasta tal punto que no van a dejar nunca que alcemos la cabeza. Agarran sus bienes con toda el ansia del mundo, como Gollum su tesoro. Todo suyo, qué les aproveche! No lo quiero. Me emancipo de la sociedad, me voy a vivir por mi cuenta. Voy a crear mi propia realidad con los escombros de lo que dejen atrás, y estoy convencido de que será mejor que lo que hay ahora.

No quiero el mundo de mis padres. No estoy dando vueltas en su rueda, estoy en la mía. Me gusta jugar con mis amigos, no con Ellos. El sistema económico, político y social que han creado (o que han consentido) me produce urticaria. Todo para ellos!. Les regalo todo el dinero del mundo, que se lo queden!

No les necesito. Aunque me sigan tratando como un niño Yo sé que soy un adulto. Eso es lo que más miedo les da. Yo estoy despierto, ellos siguen de siesta, en la inopia. Me da igual. Ha llegado la hora de comportarme como un hombre hecho y derecho. Orgulloso de ser quien soy. Sin miramientos ni concesiones. Me declaro libre e independiente. Nadie puede imponerme su gobierno, ni sus mercados, ni sus ideas. Nunca más!

He dicho!!

(Vale, ya me he desahogado).

1 comentario:

  1. Pues sí. Parece que te has quedado a gusto. Me alegro. Pero de pronto un terrible desasosiego ha hecho mella en mi. Una idea espeluznante que ha venido persiguiéndome mientras leía cada linea de tu relato. Apenas me atrevo a repetirlo... ¿puede una mierda oler mejor que otra? Noooooooooooo, por qué!!!! Por qué tenías que hacer esa pregunta??? Me horroriza la idea de que alguien, un día no muy lejano, decida hacer una encuesta sobre el tema... Ohhh Dios mío! Ese día Flying, la culpa será tuya!

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